Se utiliza la paleta de colores de la naturaleza, tonos crudos, marrones, verdes… Para ello los materiales se muestran en su estado natural, empleando maderas, piedra natural y hormigón visto. El hormigón se somete a un proceso de tintado para que adquiera los tonos de la piedra del entorno, intentando mimetizar su textura y color con el material natural, aceptando sus irregularidades y aguas como una parte del proceso de integración.
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La continuidad espacial es otro de los rasgos que caracterizan este proyecto. El espacio de las zonas comunes es prácticamente único, distribuido por elementos permeables, como la chimenea o la escalera.
La casa se protege en su fachada norte, la cara orientada al acceso desde la calle, controlando las aperturas, mientras que en la cara sur se abre transparente a los pinos, protegida por un largo porche.
Cada espacio de la casa busca la practicidad: La planta de acceso a la vivienda, que vuela como un amplio balcón sobre su entorno, posee las zonas comunes y dormitorio principal.